Gestión monetaria

Gestión monetaria

A la gestión monetaria se la conoce como una de las tres emes del trading.

El trading es el oficio del trader, y consiste, básicamente en ejecutar órdenes de compra y de venta de instrumentos financieros: acciones, bonos, materias primas, derivados financieros, etc.

Los inversionistas que ejecutan cualquier estrategia, deben (o deberían) de seguir un método de inversión, deben cuidar su psicología y controlar los pensamientos y la mente, y el dinero; aquí es donde radica la gestión monetaria.

La gestión monetaria que realizan estos inversores/especuladores sirve básicamente para gestionar el riesgo de sus operaciones. Así pues, según el sistema de gestión monetaria realizarán las inversiones con mayor o menor capital, indiferentemente de lo atractiva que resulte la inversión.

Existen diferentes tipos de gestión monetaria, pero aquí no los vamos a explicar, pero si vamos a hacer hincapié en el concepto de gestión.

Los inversores, raramente realizan sus inversiones sin seguir un sistema de gestión monetaria, que les permita poder continuar invirtiendo el día de mañana si hoy, una operación, no sale bien. Esto, lo que hace, es regular la cantidad de dinero que invierten en cada operación, y no les permite dejar que una mala operación les deje en bancarrota.

En nuestra economía doméstica, para la gestión de nuestras finanzas personales, entender este concepto puede marcar un antes y un después.

Muchos libros de finanzas personales recomiendan que ahorremos un 10% de nuestros ingresos, y que ajustemos nuestro ritmo de vida al 90% restante, para hacer frente a nuestras necesidades básicas y otros consumos.

Esta recomendación, tan simple y tan sencilla, básicamente, es un sistema de gestión monetaria, que fomenta el ahorro, tan necesario en cualquier economía. Para los inversores, puede ser no invertir más del 10% en una operación, así se aseguran el resto (90%) para operaciones futuras. El riesgo se minimiza sólo al 10% del capital total en cada inversión.

Este sistema de gestión monetaria puede mejorarse o nutrirse de otros conceptos y parámetros para que podamos sacar mayor rendimiento a nuestras finanzas personales o darles un mayor sentido. Conocer nuestros gastos, por ejemplo, y optimizarlos.

Lo que se pretende enseñar es que, cualquier inversor, con un mínimo de seriedad, sigue un sistema de gestión monetaria. Nosotros, no debemos hacer ascos a estos sistemas de gestión monetaria ya que nos permitirán gestionar mejor, y dotar de sentido, a lo que vayamos a hacer cada mes con nuestros ingresos y gastos.

Si los grandes inversores siguen un sistema de gestión monetaria, ¿porque no lo podemos hacer nosotros? En verdad, la pregunta es ¿Por qué no lo hacemos?

Está claro que no lo hacemos porque nunca nos lo han enseñado.

Pues bien, el sistema de gestión monetaria que mejor puede ir en tu economía doméstica debes de encontrarlo tú.

Lo primero que debes hacer, es conocer dónde están ahora mismo tus finanzas personales: conocer cuál es tu patrimonio neto, conocer cuál es tu Estado Mensual de Flujos de Efectivo, y establecer unas metas, a corto, medio y largo plazo.

La gestión monetaria será lo que determine lo que debes hacer cada mes con los ingresos que tienes para poder acercarte a ellos a medida que el tiempo transcurra.

Básicamente es definir el uso que damos a lo que tenemos, a lo que ingresamos, decidirlo una vez y repetirlo mensualmente o cada vez que tengamos un ingreso.

La teoría del sistema se basa en que sea positivo. Una vez logres que tus finanzas mensuales sean positivas, es decir, tus ingresos sean superiores a tus gastos, puedas formar uno o varios fondos de emergencia, puedas invertir, disminuir o eliminar tus deudas, etc. Una vez logres ese balance, se trata de repetir ese patrón constantemente.

Con esto, la gestión monetaria será la encargada de ejecutar el sistema, destinando lo previamente decidido y estudiado a esa inversión, ahorro, gasto o consumo.

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