La importancia de medir (y la generación de oportunidades)

Medir
La importancia de medir

Conocemos la importancia de los datos y cada dia nos bombardean más sobre eso del Big Data. Empresas grandes, lo son en parte, gracias a que saber medir los datos.

Todos nosotros generamos datos, que no es más que información pasada a números, por lo que esos números es información. Esa información, una vez pasada a números, se puede medir y se puede comparar.

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¿Por qué es importante medir?

Medir nos permite establecer una base sobre la cual poder comparar en un futuro y saber hacia dónde nos estamos dirigiendo.

Por ejemplo, hoy nos pesamos. Tomamos ese dato, un número y lo registramos con la fecha. Eso es un dato, un registro, una medición. Eso es medir nuestro peso. Al cabo de una semana, volvemos a realizar el mismo proceso, volvemos a medir el peso de nuestro cuerpo y volvemos a anotarlo junto con la anterior medición.

Con estos dos datos, podemos comparar los dos registros. A partir de ahí, podremos saber si hemos aumentado o disminuido de peso y conocer si vamos en buena dirección, en caso de si se desea subir o bajar de peso.

Medir requiere llevar un registro

Para poder llevar una buena medición y que sea útil y eficaz en el tiempo, debe registrarse de alguna forma para que posteriormente pueda ser tratada. De nada sirve llevar un registro con la memoria, más o menos, o sin exactitud ni precisión. Eso es generar información incompleta, no veraz e ineficaz.

Medir nuestra economía

Llevar registros nos permite mejorar. Todos conocemos las estadísticas y su utilidad, pero pocos lo utilizamos. Algo útil e infravalorado.

Tanto las empresas como las personas, podemos medir muchos aspectos de nuestra vida y de nuestra economía, pero pocos lo hacen.

Podemos medir nuestros gastos controlando en una hoja de gastos, también podemos medir nuestros ingresos, e ir comparando cómo evolucionan.

Podemos medir también cómo generamos esos ingresos y si debemos mejorar el cómo se producen, la calidad en cómo se producen o si debemos buscar nuevas formas en las que se producen. Si tememos varias fuentes de ingresos, debemos medir qué nos aporta cada una de ellas, para saber si es mejor destinar más esfuerzo en una que en otra, si hay que descartar alguna o si debemos intentar añadir otra.

Con los gastos se puede hacer lo mismo. Si sabemos dónde se va nuestro dinero, podemos medir la importancia de cada gasto e intentar corregirlo.

Medir los parámetros correctos

Lo difícil, frecuentemente, es saber con certeza qué datos hay que medir. Por ejemplo, en un comercio, se puede medir el importe promedio de cada venta que se ha producido en un periodo de tiempo, pero también se puede medir cuánta gente ha entrado en el comercio y no ha comprado nada. Ahí podremos mejorar si podemos saber por qué no compraron nada y trabajar para aumentar nuestra facturación.

Este ejemplo sirve para que nos demos cuenta de que hay mucha información que podemos medir y no medimos y que es información que puede ser especialmente sensible para nuestra economía, tanto si somos economía empresarial como economía doméstica.

Medir nos permite conocer qué es lo que no funciona y nos genera la oportunidad para poder corregirlo.

Interpretar lo que medimos

También hay que saber dar la importancia e interpretación correcta a lo que vamos a medir.

Siguiendo el ejemplo del comercio, si tomamos los datos de los costes laborales, y observamos que los costes pasan de 1.000 a 1.200, tenemos un aumento de costes de 200.

Analizando ese dato por si solo sería un error si no interpretamos el por qué se ha producido y qué consecuencias conlleva.
Puede que las ventas de ese comercio hayan pasado de 8.000 a 9.000, con lo que tendríamos un incremento de 1.000 considerando únicamente las ventas.

Si interpretamos correctamente, podremos observar que hemos tenido un aumento de costes del 20% (200) y un aumento de ingresos del 12’5% (1.000) que arrojan un saldo favorable de beneficios de 800 (1000-200).

Medir nuestra evolución

Cada año, hacemos balance de alguna forma, aunque sea básicamente para liquidar impuestos vía IRPF o Impuesto sobre Sociedades.

Deberíamos medir qué evolución hemos tenido en los últimos cinco años. Qué hemos ganado, qué hemos gastado, dónde hemos invertido, qué ha ido bien, qué ha funcionado, qué ha ido mal, qué ha fracasado. Identificar esto, nos permite reproducir y multiplicar lo que ha ido bien y funciona y desechar lo que no funciona y dedicar esfuerzos a otras cosas más productivas.

Conclusiones

Es importante medir, nos permite situarnos y permite proyectarnos.
Generamos mucha información útil con el acto de medir y esa información la podemos analizar, contrastar y utilizar para poder alcanzar nuevos objetivos.

Cuando tenemos la información, observamos que tenemos poder, entendemos qué ha pasado y qué debemos hacer para intentar mejorar.

Si tenemos un plan financiero, sabremos que hacer esto es básico. En definitiva, medir, nos ha de permitir mejorar, que no es poco.

 

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